Esperando en el paso de cebra, a tres metros del parque de una escuela infantil oímos la siguiente escena: “¡Adrián!¡Adrián! ¡Adrián! ¡Te he dicho que eso no se toca! ¡Ves! ¡Ahora tienes las manos sucias!” Y me pregunto ¿qué aprenderán los niños que no han tocado “eso” y a los que no se nombra?