“Cómete el brócoli para que crezcas fuerte y seas inteligente.” Esta frase la usamos o escuchamos cuando intentamos convencer a un niño de que coma esos vegetales llenos de nutrientes que su cuerpo en crecimiento necesita. Sin embargo, raramente funciona.
Según un reciente estudio, los mensajes que fomentan la idea de que algo es bueno para nosotros también nos hacen pensar que debe saber mal.
Los investigadores llegaron a esa conclusión luego de realizar 5 estudios donde participaron niños que tenían entre 3 y 5 años de edad. En cada estudio se les leyó una historia de un libro con dibujos sobre una niña que comía galletas, frituras o zanahorias. Dependiendo del experimento se les decía o no los beneficios de esos alimentos: hacían que la niña fuera más fuerte o la ayudaban a aprender a contar. Luego, se les dió la oportunidad de comer la comida que aparecía en la historia y se midió cuánto comieron.
Al analizar los resultados se encontró que los niños que no recibieron ningún tipo de mensaje sobre los beneficios de la comida (hacerlos más fuertes o ayudarlos a contar) fueron los que comieron más. Nuestra recomendación: destaca los beneficios de aquello que ya comen, y utiliza otras estrategias para lo que no quieren probar 😉
Fuente: Journal of Consumer Research
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