Dando a nuestras emociones el lugar que se merecen. A menudo cuando los niñ@s sufren una ofensa o perjuicio (la hermana rompe alguno de sus juguetes, otro niño lo insulta, le quitan el turno,…) su reacción es agresiva, responden del mismo modo, gritan, lloran o golpean cosas. Como parte del entrenamiento en auto control, podemos enseñar a nuestros hij@s a nombrar la emoción que están viviendo, esto es, a identificar el conjunto de sensaciones corporales y comportamientos que le hacen sentirse así.
La idea es dar a las emociones el lugar que merecen y romper el vínculo entre cómo nos sentimos y cómo nos comportamos para que, se sientan como se sientan, hagan lo que deben. De esta forma:
- podemos expresar nuestras emociones
- estas no deben justificar nuestro comportamiento
Procedimiento:
Paso 1. Enséñale a describir la situación: “Daniel ha roto mi dibujo”, “Sara se ha colado”
Pas 2. Enséñale a describir su emoción: “Estoy enfadado porque ha roto mi dibujo”
Paso 3. Enséñale a pedir ayuda a un adulto responsable.
Paso 4. Establece las consecuencias necesarias para que sea menos probable que la reacción inadecuada vuelva a darse (retiramos de la situación durante unos minutos al niñ@ que reacciona de forma inadecuada, pedimos la reparación del daño al otro niñ@,…)
Para enseñarles a describir la emoción podemos utilizar imágenes (aquí os dejamos algunos ejemplos Nata Lúdica, Aprendo y educo), y empezar por identificar tres (Ej., tristeza, alegría, enfado), y cuando las conozca enseñar otras tres (Ej., miedo, duda, sorpresa).
Nuestro objetivo, por tanto, será hacerles entender que su mal comportamiento (en forma de llanto, quejas, agresiones,…) no está justificado aunque en ese momento estén viviendo una emoción concreta 🙂
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